martes, 2 de febrero de 2010

LOS VIAJES DE GULLIVER

Todos conocemos a Gulliver. Hay cientos de adaptaciones para niños y tal vez esa sea la razón por la que esta obra ha quedado relegada a la sección de literatura infantil, como si eso la hiciera menor. Grave error. Las adaptaciones son incompletas, se centran solo en su temática fantasiosa y no disponen de notas que ayuden a comprender el autentico significado de lo que se nos cuenta. Y es que en este libro, el irlandés Jonathan Swift termina cargando contra todos.

La novela se divide en cuatro viajes. En cada uno de ellos el cirujano y marino Lemuel Gulliver termina siendo abandonado a su suerte en una isla de los mares del sur donde es acogido por los distintos gobernantes que la rigen. En el primero es abordado por los diminutos habitantes de Liliput, cuyo capítulo es el más famoso para todos. Los absurdos métodos que utiliza el monarca para elegir sus favoritos es una burla a los utilizados por varios regentes de Gran Bretaña, criticando también la mezquindad de sus ministros. La guerra con Blefuscu proviene de distintas interpretaciones a la hora de romper los huevos, que es una forma irónica de reflejar el conflicto religioso con España y Francia. Y asi elabora una crítica a como funciona la política en Europa.

En el segundo viaje se pierde en Brobdingnag. Aquí los habitantes son gigantes, y la reina que lo acoge le tiene como divertimento. Continuan los reproches a su sociedad (cebándose con el sistema judicial sobretodo), pero lo que destaca de este episodio es la imagen grotesca que ofrece Gulliver de la humanidad. Desde su diminuto punto de vista, los humanos resultan esperpénticos y groseros, tanto en apariencia como en actitud. En su tercera odisea visita la isla voladora de Laputa, habitada por absurdos científicos cuyo nivel intelectual es tan superior que necesitan un criado que les despierte constantemente de sus divagaciones científicas. Sin embargo su habilidad técnica es tan nefasta que son incapaces de crear un traje en condiciones o construir casas que no se derrumben. Su academia de las ciencias, donde dan lugar a los experimentos más inútiles y extravagantes, se mofa de la Royal Society.

Y si como esto fuera poco, en el cuarto viaje su crítica se vuelve demoledora. En la tierra de los Houyhnhnms, los caballos son el animal superior, y los humanoides llamados Yahoos resultan ser criaturas bestiales, horrendas, violentas y sucias como ninguna. Los equinos viven en un mundo dominado por la razón, la honradez, la justicia y la templanza, dando pie a un mundo utópico (aunque tanta racionalidad a mi me pone los pelos de punta), donde Gulliver deja claro que hasta el caballo es mil veces mejor que los seres humanos. Tanto es así que al regresar forzado a su patria, rehuye de todo contacto con sus congéneres y tan solo se preocupa de cuidar de los caballos de su cuadra. Las últimas palabras del protagonista son de desdicha al comprobar que, tras publicar su libro con todas las enseñanzas que en ella se describen, han pasado varios años y todo siga funcionando igual de mal.

Así pues, si habéis leído adaptaciones como las de Bruguera, con estupendas viñetas, tal como hice yo de niño, os invito a que cojáis versiones completas de aquellas obras y la redescubráis. Porque todas ellas son pequeñas joyas, que esconden más de lo que nos creemos.

SWIFT, Jonathan. Los viajes de Gulliver. Madrid: El País, 2004. 355 p. ISBN 8496246124

-bravecoast.

2 comentarios:

Irisibula dijo...

En su época tampoco tengo yo muy claro que fueran literatura juvenil, pero ahí está la grandiosidad de estos Gullivers, Robinsones o Huckleberrys. Como los buenos libros, tienen su públicos, pero no son para todos.

¡Me encanta que te gusten!

bravecoast dijo...

en su epoca pues eran obras corrientes. este mismo no es más que una obra de ética disfrazada de libro de viajes. Las obras de Dumas y Verne se publicaban en periodicos y las leian los burgueses. Y un libro de Mark Twain tiene un transfondo político y social tremendo.
Otra cosa es que todas estas obras, por su gran contenido fantasioso y aventurero, sean ideales para los jovenes. Pero no por eso hay que relegarlos a esa franja, y ni mucho menos despreciarlos.

Me encanta que te encanten y que te encante que me encanten a mi tambien :D