jueves, 16 de julio de 2009

SAGA CREPUSCULO

Hay una película que muy pocos recordarán. En España se llamaba "Una pandilla alucinante" ("Monster Squad"). Una banda de chavales se enfrentan a una reunión de monstruos como el Hombre Lobo, el Conde Dracula o la Momia. Era raro que yo la viera porque a mi todas estas cosas me daban MIEDO (en serio). Pero me encantó, y me sirvió para aprender cosas como que un hombre lobo solo lo puedes liquidar con una bala de plata. El caso es que con los años se van adquiriendo nuevos conocimientos sobre estos mitos. Especialmente de los vampiros, que deben ser los más reflejados por la imaginación popular. Seguramente porque son romanticismo puro.

Hay vampiros para todos los gustos. Los hay que no se reflejan en los espejos. Otros no soportan el ajo. O huyen de la cruz. Y no pueden entrar en tu casa si no los invitas. Se transforman en murciélago, o niebla, o lobo, o enjambre de moscas. Duermen en ataudes, o cloacas, o necesitan la tierra donde fueron enterrados. Te pueden drenar la sangre, o la energía vital, o los recuerdos y los sueños. Es imposible reunir todas las características en un solo ser. Por lo tanto, todos elegimos las que mas nos gusta y tenemos nuestra propia criatura. Nuestro nosferatu particular.

Tal vez este era el mayor obstáculo que debía superar para disfrutar de los libros de Stephenie Meyer. En el libro tenemos su visión sobre los vampiros, y en algunos casos difieren bastante de lo que yo considero mi canon del chupasangres. Pero una vez aceptas las reglas del juego, sus criaturas de la noche no decepcionan, y eso que reconozco que no soy fan de los vampiros. Además a medida que iba leyendo me di cuenta que compartimos gustos. La tortura que sufre el no muerto al verse convertido en un ser monstruoso me recordaba a "Entrevista con el vampiro". Así como la complicada sociedad vampírica, con aquellos que ejercen su poder para evitar que se conozca el secreto de su propia existencia, de los anarquistas que se oponen a su opresión y de neonatos que no son capaces de controlar su sed de sangre, me llevaba directamente a pensar en el juego de rol "Vampiro, la mascarada". Sin duda dos grandes alicientes para que me gustara más las novelas.
Pero está claro que la guinda de las novelas es la relación de amor entre Edward y Bella, los protagonistas, al que se suma Jacob más adelante. Así que hay que aclarar que el horror, aunque no queda descartado, si se mantendrá en un exclusivo segundo plano. La idea es más que sugerente. Un vampiro que lo que más desea en el mundo es lamer hasta la última gota de sangre a aquella a quien ama. Y una chica que no duda en poner en riesgo su vida con cada beso que se dan. A Edward se le supone que no tendrá tantos problemas para no beber de sus venas, porque pertenece a un clan de vampiros que han decidido dejar de probar el jugo de los humanos y se alimentan exclusivamente de animales. Esto les permite establecerse en Forks, localidad costera del estado de Washington, pero siendo vigilados por los desciendentes indígenas que residen en la colindante La Push. Algunos de ellos experimentan transformaciones en lobo, enemigos naturales de los vampiros, un poder que se creía propio de leyendas tribales.
Por supuesto multitud de problemas pondrán en prueba su amor. El hecho de que Bella acompañe a Edward supone ponerla constantemente en peligro, ya no solo por el mismo. Algunos miembros de su clan tendrán algún que otro roce. Otro pequeño clan de vampiros la perseguirá para saciar su sed con ella. El clan más poderoso del mundo, los italianos Vulturis, encuentran más que interesante que la chica sea inmune a los poderes psíquicos que tienen los vampiros. Y uno de los muchachos lobo de la Push, Jacob, se enamorará de ella por más que solo le considere un buen amigo. A medida que avanzas en la historia su amor se complica y no puedes dejar de imaginar que todo acabará de forma trágica. Pero agradezco que su amor no resulte edulcorado, ambos discuten, discrepan muchas veces, se enfadan, hay separaciones, reconciliaciones... esto le da mucha credibilidad a su historia y evita las cursiladas. Y hace que en momentos en verdad te emociones, como cuando empiezan a salir, sus primeros besos, su reencuentro, su primera noche juntos, la superación de los problemas. Te emocionas porque es amor puro, y vivir esta historia es realmente maravilloso.Otra cosa que me gustó mucho, y que le habrá dado muchos puntos para conectar tan bien con la gente joven, es que los libros muestra con bastante fidelidad a los adolescentes de hoy en día, su forma de pensar, actitudes, dudas y comportamiento.

Tal vez lo que más me disgusta de la novela es la visión tan perfecta que se le da al hecho de ser vampiro. Si no fuera por los momentos en que Edward argumenta la tortura que le supone desprender de Bella su alma, parecería que ser vampiro es lo más guay. Adquieres belleza, fuerza, poderes, gracia, inmortalidad. Se supone que hay otra cara en la moneda, pero a medida que avanza la historia esto se obvia cada vez más. Bella no deja de desear ser vampiro, con lo que pone en peligro lo que para mi es lo más emocionante de su historia de amor, que dos seres tan diferentes compartan un sentimiento tan puro nadando contra corriente de todo lo establecido. Tampoco me gustaba el prototipo de hombre lobo que encarnan los indígenas de La Push, pero más tarde se aclara que no son los licántropos que todos conocemos, si no una especie de cambia formas sin ningún tipo de relación.
Eso me alegró. Porque mi monstruo favorito siempre será el werewolf.

-bravecoast.

miércoles, 8 de julio de 2009

I WANT YOU BACK

He de confesar algo. Hace un par de noches vi el funeral de Michael Jackson, uno de los monstruos de la historia de la música. Monstruo en todos los sentidos, tanto por su talento como por lo que terminó convirtiéndose estos últimos años. Esto último no ya por la polémica alrededor de las acusaciones de pederastia, que yo la verdad no tengo claro si eran ciertas o no. Monstruo por el mundo de farándula y excentricidad que terminó creándose a su alrededor.

La verdad es que prefiero alejar de mi esas horrendas imágenes, del Jackson que se tapaba la cara con mascarilla, que tenía la nariz prácticamente desaparecida de tanto operarse, que se volvió blanco como la leche, que jugaba con su bebé asomándolo por una ventana, sus sospechosas relaciones matrimoniales, su finca tan cursi de Neverland, etc etc etc. De pederastias, le otorgo el beneficio de la presunción de inocencia. Y de tantas desvíos sin duda al hecho que su infancia debió ser tan difícil que no se la deseo a nadie.

Fuera fantasmas. Por que me quedo con su voz, con su baile que si bien no me vuelve loco la verdad es que era excelente, con sus canciones que lograron batir records, su personalidad llena de optimismo e ilusión, su dedicación a los fans cuando no le invadían las paranoias, sus zombies que tanto me hicieron llorar de niño, aquellos LP que sonaban en el tocadiscos de mi hermano mayor, y lo que para mi fue su mejor etapa. Los Jackson Five.

Esta canción fue su primer gran éxito, cuando les producía la gloriosa Motown. Son cinco hermanos que, a pesar de la tiranía impuesta por su padre, disfrutan de lo que hacen. De sus canciones, de su groove, se dejan llevar por el arte que fluye en sus venas. Aún quedan lejos los malos rollos y el monstruo del éxito y la fama que terminará por engullirlos. Ahora son niños, cantan y sus temas son maravillosos.


Cuesta reconocer al jovencito Michael Jackson en este vídeo (sin mencionar a Bill Cosby tratando de emular a Groucho Marx (lo siento viejo, no lo haces del todo mal pero el personaje te queda grande). Pero es el mismo al que le dieron funeral hace un par de noches. Y aquí llega mi confesión. Parte de mi pensaba que todo era una farsa, y que en pleno espectáculo aparecería Michael Jackson bailando y cantando, dando bombo de esta forma a la que iba a ser su última gira.

Me equivoqué. En el funeral vi gente que le amaba, y sus lágrimas y palabras de condolencia no eran fingidas. Y cuando su hija rompió a llorar en pleno epílogo de la ceremonia me di cuenta que era verdad. Michael Jackson ha muerto.

No era mi ídolo. Pero se me hace difícil de creer.

-bravecoast.