SITTIN' ON THE DOCK OF THE BAY

Con algunas canciones me gusta quedarme en silencio y mirar a traves de la ventana del tren, el mismo que cojo cada puto día dos veces nada menos, pero que me permite contemplar el mar mediterráneo en todo su esplendor.

Esta es una, y tal vez la mejor, para hacerlo. La primera vez que la oi yo era pequeño, y sonaba de fondo en el spot de una bebida alcóholica. Creo que debía de ser una de las primeras canciones de negros que había escuchado en mi vida. Y recuerdo como tiempo más tarde desperté en mitad de la noche y la radio (que siempre la dejabamos puesta) la emitió entera. Debía tener menos de diez años y aún tengo ese momento mágico en mi cabeza.

Otis Redding, el autor de esta maravilla, no pudo ver como alcanzaba el número uno en la lista de éxitos. El Rey del Soul murió con tan solo 26 años en un accidente aereo. Curiosamente con esta canción dio un giro a su estilo, acercandose más al folk afroamericano. Tal vez esta era la razón que cuando la oía de niño me hacía pensar en el Mississippi y en Huckleberry Finn. Es curioso la cantidad de músicos que han perecido por culpa de los aviones. Buddy Holly, Big Bopper, Ritchie Valens, Glenn Miller... ¡Casi peor que las drogas!

La canción le vino a Otis Redding mientras vivió por un tiempo en una casa barco en San Francisco. Es en parte autobiográfica, aunque la persona que la canta parece ser un tipo de bastantes años y decide sentarse en el muelle, mientras vienen y van los botes y deja pasar el tiempo. Por fortuna he nacido en un pueblo de costa, y he pasado mucho tiempo en puerto de mar. Tal vez por eso cuando oigo gaviotas y el mar rompiendo sus olas no puedo evitar unos silbidos.

A la memoria del maestro. Por cierto, mi amiga Iris tenía un LP suyo, ¡que tía! No se pierde ni una.

Letra de la canción.

-bravecoast.