martes, 19 de mayo de 2009

LOS DUELISTAS

Hubo un tiempo en que dos hombres solo podían solucionar sus cuestiones de honor con un solo método satisfactório. Se citaban a cierta hora en un descampado con un par de padrinos y se batían a espadazos o a tiro de pistola hasta que uno de los dos se arrodillaba tapandose una herida que manchaba su camisa de sangre. Eso si el desgraciado tenía suerte.

Joseph Conrad escribió una novela corta sobre esto. Durante las campañas napoleónicas que convulsionaron europa los primeros años del siglo XIX, dos oficiales husares de la Gran Armée mantienen una serie de duelos entre campaña y campaña a lo largo de la guerra. Ellos son los tenientes Armand d'Hubert y Gabriel Feraud. El primero, francés del norte, reflexivo, sobrio, diligente y flemático. El segundo es gascón, bregador, pendenciero, presumido, valeroso, incansable y con un concepto extremo del honor. Tal es así que perseguirá a d'Hubert sin descanso para que por fin reciba su satisfacción.

Todo comienza en Estrasburgo, donde se desarrolla el primer duelo de los muchos que mantendrán. No voy a relatar aquí su origen. Para el lector no resultará ningún misterio, pero si para los miles de soldados que acompañan a nuestros protagonistas, que no dejarán de especular que ha podido motivar tal enfrentamiento que no es capaz de apagarse por más veces que se batan ni por mucho que corra el devenir del tiempo. Tal es así que la propia guerra europa que mantiene Napoleón sea nada más que una comparsa de este gran enfrentamiento. Tras múltiples teorias y comentarios los rumores parecen ponerse de acuerdo con que los dos soldados son almas reencarnadas y que mantienen una lucha que sus anteriores vidas no lograron solucionar. No encuentran otra explicación ante este legendario enfrentamiento.
No parece ser esta la razón. Pero no hay duda que existe algun vínculo que atrapa a estos dos hombres. Tal es así que con la caida en desgracia del Emperador tras los Cien Días, d'Hubert disfruta de una buena posición gracias a sus futuros suegros. No es el caso de Feraud que siempre se ha mantenido leal a Napoleón y por ello peligra su vida. De forma irracional uno salva la vida del otro, y solo logra así que mantengan una lucha final. D'Hubert no lo soporta más, en realidad siempre se ha sentido perseguido y acosado por la actitud del gascón. Y ahora que está a punto de casarse decide que ha llegado el momento de finalizar el duelo de una vez por todas.

Es un libro ligero, divertido y de apenas 140 páginas. Lo lei mientras sufría de una gripe en un fin de semana, aprovechando un intermedio en mi lectura de los libros de Crepúsculo (que muy pronto finalizaré). No os lleveis a engaño. En realidad solo hay dos duelos descritos con total exactitud: el primero y el último. Porque lo importante de esta novela no es como se baten. Es por qué, cómo lo sienten, y todo lo que los rodea.

Por cierto, he de confesar que conozco este libro gracias a Suso. Y por que hace tiempo comentó la genial película que Ridley Scott filmó sobre esta historia. Keith Carradine y Harvey Keittel bordan los personajes, y la trama es muy fidedigna. El añadido mas destacable es un romance que d'Hubert mantiene con una joven mientras participa en las campañas. Y da gusto ver este tipo de películas, sencillas y que resuelven su papel con eficacia. Sin alardes ni excesos. Cualquiera diría que es de Scott.

-bravecoast.

No hay comentarios: