WIR SIND DIE NACHT

En realidad esta película se tituló en España 'Somos la noche', y lleva más de medio año siendo anunciada en la página web de los cines Lauren Costa Brava con el cartelito de 'Proximamente'. Pues menos mal, señores de Lauren. Total que ya estaba harto de esperar así que cuando se me brindó la ocasión de verla con mis compañeros de piso, en un dvd rip de primera mano con versión original subtitulada, me dije -allá que voy.

Me apetecía ver la película ya el año pasado, al ganar el Premio Especial del Jurado durante el Festival de Cinema Fantàstic de Catalunya (aka Festival de Sitges). Algunas imágenes que cacé por la tele me parecieron interesantes. Parecía una historia de vampiras modernas, no en sus características sino en sus formas. Me pensaba que estas criaturas se movían en un mundo hecho para ellas y sus instintos, un lugar donde campaban a sus anchas y actuaban sin ningún tipo de remordimiento o prejuicio. Que actuarían como lo que son, depredadores orgullosas, y se divertían con ello. En parte la película es así. Pero para mí, no lo suficiente.

La historia nos muestra como Lena, una joven delincuente de Berlín, pasa a convertirse en otro ser nocturno. La causante es Louise. Una vampiresa centenaria, cuya maestra y amante pereció hace tiempo. Lena ingresa en su peculiar clan acompañada de Charlotte y Nora. La primera había sido una actriz del cine mudo. La segunda una alocada muchacha de los noventa. Pronto se muestra la fascinación que siente Louise hacia la iniciada, pues posiblemente algo en su mirada le recuerde a su mentora perdida. Y así el grupo decide sacar partido de la noche. La gran vampiresa posee una basta fortuna y no escatima en gastos. Cochazos, grandes almacenes para ellas solas, hoteles de cinco estrellas, discotecas, restaurantes caros, toda clase de drogas...

Lena alucina con todo aquello. Pero hay algo por lo que no pueden pagar. Sangre. Y aquí comienza la discordia. El resto de vampiras tienen claro lo que son y no se lo piensan mucho a la hora de matar a alguien para saciarse. Una de ellas incluso admite que la discreción no es uno de los fuertes del grupo. Demasiado para Lena, quien además recurre al joven policía que la perseguía en su vieja vida para tratar de escapar de esta vorágine.

En resumen la peli está bastante bien, pero me decepciona. Porque por una parte no es tan salvaje como esperaba. Creía que sus protagonistas realizarían actos más bestiales que los vistos en pantalla. Pensaba que sus noches serían una continua orgía de sangre, sexo, drogas y música. Hay de todo, pero un poco. Luego en su actitud casi parece primar el ir de compras en coches caros que el de vivir al límite. En ocasiones me parecía estar viendo un 'Sexo en NY' a lo vampiro. Pero tal vez se deba a que soy un hombre. Al fin y al cabo uno de los momentos más geniales es cuando Louise declara como desaparecieron los vampiros macho por ser violentos, perezosos y glotones. Los pocos que no murieron a manos de los hombres fueron eliminados por sus compañeras. Liberación feminista total, al fin y al cabo en ese mundo los varones no son necesarios para perpetuar. Bravo!

Y por último no se trata más de una especie de reinvención de la cenicienta, con príncipe azul convertido a policía inclusive. Todos estos aspectos, que no dejan de ser detalles, desmerecen un poco a una obra que podría haber sido mucho más divertida, frenética y desenfadada. Pero tampoco hay que restar sus méritos. La película de Dennis Gansel entretiene y mucho. Las actrices lo bordan, tanto Karoline Herfurth como Nina Hoss. Hay mucho sentido del humor combinado magistralmente con el horror. Y son vampiros ... perdón, vampiras, llenas de carisma. Cada una con su propio pasado. Y la sangre les devuelve su belleza primordial, el sol les quema y no se reflejan en el espejo. Por si eres de los que estas cosas te importan.

-bravecoast.