domingo, 31 de julio de 2011

LA NOCHE DEL CAZADOR

Uno de los iconos del cine que ha trascendido a la cultura popular son los nudillos tatuados de Robert Mitchum en 'La noche del cazador'. De ellos se encuentran referencias desde al siniestro Robert de Niro en 'El Cabo del Miedo' hasta ese agudo psicopata que es el Actor Secundario Bob de 'Los Simpsons'. Lo que no sabia es que un personaje tan perturbador como el Predicador Powell tiene su origen en el mundo de la literatura.

Desesperado por mantener a su familia durante los duros años de la depresión, un pobre diablo llamado Ben Harper comete un asalto con asesinato. Detenido delante de su casa y a la vista de sus dos hijos, pasa sus últimos días de prisión siendo acosado por su compañero de celda, Harry Powell el Predicador. El dinero del asalto sigue desaparecido, Ben termina siendo ahorcado sin confesar su paradero y el Predicador, al ser liberado, desarrolla un plan. Viajará al hogar de Ben, seducirá a su aún joven viuda y no descansará hasta que alguno de los pequeños confiesen todo lo que saben sobre el dinero. Sea como sea.

La novela más famosa de Davis Grubb destaca por una crudeza imperante en toda la narración. Son los años de la depresión y el asunto no es cosa de broma. La miseria campa por todo este paisaje sureño norteamericano. Gente que se aprovecha de sus semejantes, toda clase de corrupción y vicio enfrentada a una actitud tan beata como irracional. Hijos de ciudad que desprecian a sus madres de campo. Miseria, tanto material como humana. Y sin duda los primeros afectados son los niños, muchos de ellos abandonados a su suerte, víctimas de su inocencia quienes serán objeto principal de todo desalmado, obligados a cargar con responsabilidades de adulto y actuar en su consecuencia. Niños rotos, cuya mayor falta es el cariño.

Y por supuesto Harry Powell. Un lobo vestido de cordero, un auténtico diablo cuya vida se basa en seducir viudas para luego asesinarlas con su navaja de mango de concha. Un Predicador que viaja pueblo por pueblo aprovechando aquella miseria para soltar sus arengas, siempre bien recibidas por aquellos que sufren tiempos tan duros. Sus nudillos llevan tatuados las palabras LOVE (amor) y HATE (odio), que aprieta y hace crujir para representar la lucha del bien contra el mal. Se dice a si mismo que solo quiere el dinero para construir una iglesia, honrando la pobre alma de Harper. Y lo peor es que tal vez esa afirmación no sea del todo mentira. Pero lo que realmente le motiva es la presa. El Predicador es una pantera, tiene un objetivo. Primero se mostrará sutil y sigiloso, encantador. Y cuando la presa esté a tiro se volverá fiero y sangriento, sin escrúpulos. Es el Diablo, y el Diablo es un cazador que se mueve entre las sombras.

GRUBB, Davis. La noche del cazador. Barcelona : Anagrama, 2006. 284 p. ISBN 8433972596

-bravecoast.

martes, 26 de julio de 2011

SOUL POWER 74

Caminando esta mañana dirección al trabajo me he visto sorprendido por un cartel anunciando el concierto inaugural del 'San Miguel Mas i Mas Festival 2011'. En el poster destacaba la cabeza de un negro calvorota muy sudada mientras tocaba un saxofón. Al verlo asi de pasada me ha dado un pálpito y al fijarme mejor en el cartelito se ha confirmado lo que me barruntaba. El saxofonista no era otro que el magnifico Maceo Parker.

Este negro de Carolina del Norte ya cercano a los setenta años se inició en la música gracias al jazz. Sin embargo pasó a formar parte de la banda que acompañaba a James Brown o tocando para George Clinton mientras continuaba con formaciones propias, tales como la 'Maceo and all the kings men' o 'Maceo and the Macks'. Ya totalmente influenciado por el funk pasaría a tocar por su cuenta junto a Pee Wee Ellis o Fred Wesley, para más adelante continuar con su carrera en solitario haciendo alguna colaboración como aquella curiosa gira con Prince.

La canción que propongo es sin duda mi favorita. 'Soul Power 74' es una versión de 'Soul Power' creada por James Brown. En la versión de 'Maceo and the Macks' el tema es instrumental y añade un solo de saxo que para mi es uno de los momentos más geniales que nos han dado en la música contemporánea. Si se me acusa de exagerado lo comprenderé, pero cada vez que lo oigo me sube el alma al cielo. Y si no me creéis preparaos, encended los altavoces, enganchad los auriculares, y dadle al play.

No podre ir este 28 de julio al concierto de Maceo Parker en el Palau de la Música. Una lástima. Pero mis felicitaciones a quién sí pueda acudir. Que lo disfrute!

-bravecoast.